viernes, 7 de octubre de 2022

Jon Anderson: “Con los miembros de Yes no somos amigos: somos hermanos”


 

Por Fernando G. Toledo

Hay una voz como un trino, una garganta de cristal que atraviesa las alzadas pedregosas del rock y que tiene hoy el mismo efecto que cuando hizo escucharse por primera vez, hace medio siglo. Esa voz es la de Jon Anderson, el músico inglés que desde su entrada a la música (con el grupo The Warriors) y luego y, sobre todo, con la marca de fuego dejada al frente de la banda progresiva Yes, una referencia imposible de eludir cuando se hace el recuento de la música popular que animó el siglo XX.

Por décadas, todo aquel mendocino que supiera de la existencia de propuestas musicales como las de Yes, King Crimson, Deep Purple u otros tantos tenía que hacer ingresar en la esfera de lo imposible la oportunidad de tenerlos tocando cerca de casa. Sin embargo, de cinco años a esta parte, ya pasaron por nuestros escenarios Robert Fripp, Tony Levin, Roger Hodgson y los Purple. Y también Yes, aunque sin Anderson, debido a que hoy los caminos del vocalista emblemático del grupo y el resto de sus compañeros van por separado.

Así que mientras Squire, Howe, White y el resto pasean por el repertorio clásico de Yes cambiando cada tanto su cantante, Anderson (el dueño de la voz única) ha apostado a algo propio de su estilo: un show en el que ese canto etéreo vaya al frente.

Y con esa propuesta, en la que sólo trae una guitarra, un piano, su garganta y las canciones que compuso, llega por fin a estas tierras, para cerrar el “círculo progresivo” que sólo un soñador algo desquiciado podría haber dado por posible años atrás.

Anderson canta esta noche en el teatro Plaza de Godoy Cruz, donde ofrecerá canciones clásicas como Long Distance Runaround, And You and I, Owner of a Lonely Heart o Nous sommes du soleil, en un recital que se espera quede para siempre grabado en la memoria de los melómanos locales.

Antes de ese show, Anderson (quien está haciendo una gira por el país) se prestó a una entrevista por correo con Escenario & Tendencias en la que deja en claro su carácter soñador y optimista y en uno de cuyos tramos deja en claro que la historia de él junto a Yes no ha sido clausurada.

–Lo primero que quisiéramos saber es cuál será el repertorio del show que dará en Mendoza. ¿Cómo ha elegido las canciones de su enorme repertorio?

–Me gusta cantar las canciones de Yes que escribí para la banda, como Starship Trooper, Owner of a Lonely Heart, partes de Close to the Edge, Your Move, ‘Give Love Each Day… y muchas más. También canciones de mi dúo con Vangelis, como Find my Way Home. Hay tantas canciones conocidas, y algunas nuevas… Yo simplemente disfruto de cantarlas.

–Como sabrá, este concierto en Mendoza está precedido por una gran expectativa. ¿Qué siente un artista cuando conoce que hay un público, frente al cual nunca ha cantado, que lo espera con ansiedad?

–Es maravilloso saber que hay gente que llega a un concierto a divertirse, a pasar un buen momento, a cantar juntos… Yo me siento confortado con cada show y eso es de veras lo principal, disfrutar de lo que hacés en la vida.

–Usted está en el mundo de la música desde 1962. Desde aquellos tiempos, y luego con la fabulosa banda Yes e inolvidables trabajos en solitario o con otros grandes músicos, han pasado ya 50 años. ¿Qué siente cuando contempla toda su carrera en perspectiva? ¿Qué momentos rescata y cómo hace para mantener viva la llama de la música?

–Escribo música todo el día en mi cabeza, siempre lo he hecho, y siempre me mantengo en estado creativo en mi estudio casero, trabajando con gente de todo el mundo con la que me conecto por internet… y así mis sueños musicales se convierten en realidad. En cuanto a mi historia en este asunto, la verdad es que hay demasiados momentos maravillosos. Estoy más que orgulloso de haber estado involucrado en discos como Fragile o Close to the Edge, que han terminado siendo tan importantes. O hacer Tales from Topographic Oceans, que fue como quedar colgado desde lo alto de una montaña. Y, por qué no, haber grabado 90125 con una producción sencillamente grandiosa y una gira con tantos conciertos impresionantes… Y pensar que todo empezó cuando, en 1963, mi hermano Tony me llevó a ver a Los Beatles, cerca de Liverpool, antes de que fueran famosos, sin chicas gritándoles. Y sonaron increíbles. Así fue.

Vigencia de la música, vigencia del afecto


–Generaciones de melómanos crecieron escuchando sus canciones y su inconfundible voz. ¿Alguna vez se preguntó cuál era la clave para mantener tamaña vigencia?

–(Cita un fragmento de la canción Awaken): “Como cuando escapé y me di la vuelta, y estabas allí parado cerca de mí”.

–Hace dos años, una de las versiones de Yes se presentó en Mendoza, con otro cantante, por supuesto. ¿Cómo es su actual relación con los miembros de la banda? ¿Siguen siendo amigos?

–No somos amigos, sino que aún somos hermanos. Y como en la mayoría de las familias, no todo es perfecto. En cuanto a mí, los amo y estamos conectados por la música que creamos juntos.

–El legado de Yes aún permanece fresco y vigente. ¿Cómo fue posible para una banda grabar discos tan geniales como Fragile y Close to the Edge, ambos de 1972, en tan breve espacio de tiempo?

–Atravesábamos una gran “armonía” en aquellos días. Confiábamos el uno en el otro, no había nadie tratando de convencernos en hacer “hits” ni nada por el estilo. Ese ha sido siempre el problema, en realidad, los de afuera diciendo tonterías que no ayudaban al grupo, muy destructivas.

–Es usted una figura esencial para el panorama de la música popular contemporánea. Pero ¿quiénes fueron los músicos que lo influyeron? ¿Qué música escucha y qué grupos actuales les parecen interesantes?

–The Beatles, The Beach Boys, Nina Simone, Frank Zappa, Jean Sibelius, Igor Stravinsky, Jimmy Webb, Paul Simon, Joni Mitchell, son tantos los que he escuchado… Y en cuanto a los grupos actuales, puedo mencionar a Battles, Grizly Bear, GroupLove, First Aid Kit… también son un montón.

–Durante este mes, en que usted visita Mendoza, también estará pisando nuestras tierras Robert Fripp, quien llega para dictar un curso. Eso significa que dos de los más importantes músicos del rock progresivo estarán en nuestra provincia. ¿Qué opina sobre la influencia y la actualidad de este género?

–Cuando vi a King Crimson (la banda de Robert Fripp) por primera vez, quedé asombrado. En cuanto a otros grupos, qué puedo decir de Mahavishnu Orchestra o de Led Zeppelin… ¡guau! Música en estado salvaje por todos lados, pero que es en definitiva la misma. Mundos diferentes, pero siempre dentro de una música que evoluciona.

–A la hora de componer, usted ha prestado mucha atención a las letras. ¿Qué puede contarnos de los momentos en que escribe y cómo define su propia poesía?

–Escribo de manera espontánea. No es que pase horas trabajando en las palabras, sino que estas simplemente llegan a mí de una manera tal que realmente me excita. Así que lo que hago es respetar las letras cuando las canto por primera vez tal como se me ocurren. Creo que a eso simplemente se lo puede llamar… ¡jazz!

martes, 7 de junio de 2022

Entre dos amores

 

 Acerca de los periodistas, de los artistas y del periodismo como un arte


por Fernando G. Toledo

Para algunos no hay dualidad entre las facetas de periodista y de artista. Son, en metáfora corriente, dos caras de la misma moneda. Por eso lo que hace un escritor, por ejemplo, es escribir simplemente en dos géneros: el periodístico y el literario. Por eso el actor puede sentir que, ante cámara, da lo mismo interpretar una línea argumental que dar una noticia (la realidad supera a la ficción, para seguir con las frases usuales). Y por eso el cantante, también, hace del micrófono de la radio el artilugio que lleva su voz hablada como en el escenario la lleva cantada.

Pero esos casos, me parece, son los menos. No sólo porque traducir el arte que se practica con la rama periodística que se desarrolla no es siempre tan simple (¿qué equivalente periodístico es el del escultor, el del violonchelista?), sino porque la mayoría, suponemos, separa muy claramente sus quehaceres y, casi siempre, el del artista es, en la vida diaria, el oasis para la árida, rústica, aunque no menos apasionante tarea informativa. 

En quien esto escribe, por ejemplo, la cuestión es muy clara: el periodismo es la profesión y la poesía, la devoción. Para ciertos colegas (periodistas) el periodismo ocupará el rol marital y el arte, el de amante. La pregunta sería: «¿A quién aman más?». Y la respuesta sería otra pregunta: «¿Quién dijo que no se pueda amar a ambos por igual?».


Publicado en Diario Uno el 6 de junio de 2010

martes, 10 de mayo de 2022

La década narrada

Liliana Bodoc. Foto: Marcelo Aguilar

 

La mendocina Liliana Bodoc fue elegida por la Fundación Konex como una de las escritoras de la década. Planea un filme y está terminando su nueva novela.

por Fernando G. Toledo

La escritora mendocina que está dictando ese taller está a punto de hacer también una película. La que está frente a los futuros escritores acaba de ser galardonada como una de las plumas más relevantes en la literatura juvenil argentina de la última década. Ella, la escritora que habla, está por terminar su nueva novela. La escritora que comparte, más que impartir, los entresijos del laberinto de la escritura es también la autora de una saga épica equiparable a otra célebre: El señor de los anillos, de Tolkien. Y esa escritora, la misma que allí parada frente al grupo brinda su taller literario con humildad y la inocencia de quien siempre está buscando, habla ahora con nosotros, en un alto de su curso.

Liliana Bodoc, de ella se trata, está en Buenos Aires. El viernes abrió el I Encuentro Internacional de Literatura Fantástica, organizado por la Universidad de Buenos Aires. Pocos días antes, la Fundación Konex la galardonó con el diploma que la reconoce como una de las 100 escritora más importantes de la década. Diez años antes había recibido un premio análogo.

A la autora de La saga de los Confines los premios no dejan de causarle sorpresa. Orgullo también, por supuesto, pero ante todo esa sensación de maravilla ante lo que sucede con algo (su escritura) que provoca admiración y que para ella es un juego que siempre debe ser distinto.

–¿Qué sentiste al recibir el Premio Konex por segunda vez consecutiva?
–La verdad es que una vez más me sentí sorprendida. Me sorprendí hace 10 años por estar entre los escritores premiados por el diploma al mérito en la literatura juvenil. Y esta vez vuelvo a sorprenderme y a sentirme orgullosa por el jurado que da la distinción, que es vasto, enorme, diverso y con distintas posturas estéticas e ideológicas. Haber sido nominada es un orgullo.

–¿Te invitan estos premios a reflexionar sobre todo lo que tus libros provocan?
–Si tengo que buscar un porqué quizá tenga que ver con que verdaderamente mi intención ha sido siempre desafiarme a mí misma en la escritura. Desde La saga de los Confines hasta El perro del peregrino (N. de la R.: su última novela), he intentado arriesgar estéticamente, ya sea en el lenguaje hasta los géneros para abordar. Nunca quise quedarme quieta en el registro de la épica fantástica, por ejemplo, que es el que me hizo conocida.

–¿Esa búsqueda por algo nuevo se da en vos sólo como escritora o también como lectora?
–Yo como lectora soy muy abierta a diversos géneros y estilos. Lo mismo me pasa con la comida y la música. Con todo, excepto el fútbol: soy hincha de Colón de Santa Fe y eso no se cambia (risas). Y posiblemente eso pasó con mi escritura. Me gusta sentarme ante la máquina y decirme: “Voy a encarar un camino que no conozco”. Eso me llevó a tener novelas truncas, pero evita que me aburra. Porque uno se empieza a repetir y a agotar.  Escribir otra épica fantástica era impensable para mí hasta que pasaran muchos años.

–Pero esos libros dejaron una marca. De hecho, por algo abriste el Encuentro Internacional de Literatura Fantástica...
–Sí, allí estuve en la apertura, en la Biblioteca Nacional, con Horacio González y con académicos de la UBA. Me alegra mucho que la academia haya tenido el gesto de arrimarse a la literatura fantástica de hoy. Porque hay  un nuevo género fantástico ligado a los géneros populares y está bueno que la academia se dedique al presente.

–¿Qué ves de especial en este género fantástico contemporáneo? ¿Que por él entran a la lectura muchos jóvenes, por ejemplo?
–Sí. Los lectores de este género son lectores nuevos. Y no sólo jóvenes. Sé de chicos que empezaron a leer mi saga, u otros libros de hoy, como Juego de tronos. A este género llega un lector más desprejuiciado, más puro.

–¿Qué te sucede al pensar que muchos se convirtieron en lectores al leer tus libros?
–Creo fervientemente en la responsabilidad del escritor. Sin que nos pongamos en un lugar de dictaminar moralmente nada. Tiene que ver con el convencimiento pleno de que la palabra crea o provoca realidad. Y escribir es generar realidad. Y eso da una inmensa responsabilidad. Yo concibo así al lenguaje literario. Y el escritor es más responsable en cuanto escribe para seres humanos en formación. Y digo “seres humanos”, no sólo “lectores”. Entonces, cuando una docente me dice que su alumno que no leía nada y ahora lee por La saga de los Confines eso representa una responsabilidad enorme. Yo entiendo que luego de la saga... va a pasar a algún libro más importante. Pero creo que por eso, en esa historia ficcional yo debo transmitir otros valores que sean importantes. En el caso puntual de esos libros aparece el hecho de valorarnos como continente, de rescatar el valor de una cultura existente...

–Estás ahora dictando un taller literario, y éstos son con frecuencia tema de debate sobre preguntas como: “¿Sirven o no sirven?” o “¿forman o no a escritores?”. ¿Cómo son tus talleres?
–Como docente soy caótica e irracional. En mis talleres no se trata de hablar de los tipos de narradores, de los puntos de vista o esas cosas. Se trata de entrar en la cocina emocional de la literatura. Se trata de ponerlos a  escribir sobre algo que no eligieron, instalarlos en la incomodidad de la escritura. Eso provoca una cosa más intuitiva, visceral. Siento que estos talleres literarios pueden servir solamente para avivar un fuego en  decadencia, avivar cenizas que por mil razones se han apagado. Por eso yo me centro más en la emoción que en la técnica.

–Además de participar en el encuentro de literatura fantástica y de tus talleres, ¿qué otros proyectos te ocupan en estos días?
–Hay cosas muy importantes. Sobre una en particular no puedo decir mucho. Pero se trata de un proyecto que me apasiona, y tiene que ver con una película. Voy a trabajar en sociedad con alguien, y apenas se concrete esa sociedad se dará a conocer...

–¿Tiene que ver con el postergado proyecto de llevar La saga de los confines al cine?
–No. Sobre ese proyecto no hay novedades. Es algo nuevo.

–¿Y el libro que nos contaste que estabas escribiendo?
–Me está costando mucho escribir este año. Voy a participar en un documental de la TDA, para cuatro capítulos en la laguna de Guanacache con la comunidad huarpe. Yo voy a hacer el personaje que recorre el lugar. Eso  más los viajes y otros trabajos laterales me han apartado bastante de la escritura. Pero hay una novela que está por cerrarse: se llama Amazonas Retiro. En unos meses espero terminarla. 

Publicada en Diario Uno de Mendoza el 11 de mayo de 2014