lunes, 28 de octubre de 2019

La memoria



© Fernando G. Toledo

Bastaría una memoria doble, una buena memoria, al menos. Por esos tiempos (abril del 87), el rock argentino estalló por toda Latinoamérica. Había pasado el tiempo de aprender a ponerse de pie, el Proceso se iba olvidando y por febrero de 1985 un grupo llamado Miguel Mateos/Zas saca un disco y se vende unas 400 mil copias del álbum titulado (¿recuerdan?) Rockas vivas. Era increíble: todo el mundo tenía un ejemplar en casa.
El grupo se paseó por todo el país, llenando estadios, teatros y cuanto se le pusiera por delante. Fue considerado el mejor grupo del año y Mateos acrecentó el prestigio que se venía ganando. Al año siguiente Zas grabó su álbum más pretencioso. Pero ese muy buen material lo haría enterrarse por mucho tiempo para el público argentino que, un año antes, lo había idolatrado como a un Charly cualquiera.
Fue en la gira de Solos en América, tal el nombre del disco, cuando vinieron a Mendoza y fueron interceptados por Milena Rodríguez, Andrea Catalano, Sergio Pulido, Pablo Rossignoli y Néstor Nardella, para su programa Tiempo libre en la vieja Emisora del Sol de la calle Emilio Civit. Hubo dos presentaciones: una en Rodeo del Medio y la otra en el Estadio Pacífico. Lleno total, bombachitas mojadas, euforia a discreción, una fanática que se subió al escenario e hizo perder los acordes de Un gato en la ciudad a Miguel Mateos eran síntomas de un momento que el grupo jamás volvería a alcanzar.
Muchos se dedicarían después a hundir a Mateos, criticando sus pretensiones, sus discos tan diferentes, de una manera (ahora que se lo ve de lejos) casi inexplicable. Muchos se dedicarían, sobre todo, a olvidarlo.
Por eso haría falta una memoria doble, una buena memoria. Que recordara quién fue el que abrió las puertas al rock argento hacia el resto de Latinoamérica, que recordara esos momentos de Rockas vivas, que se animara a escuchar un poco de los discos que le siguieron a ese (de Zas y de Mateos como solista), que supiera reconocer la grandeza de los espectáculos de Miguel Mateos/Zas. Una buena memoria.

Publicado en el suplemento Zapping, Diario Uno, el 16 de junio de 1994.

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